21.11.14

Finales de Libros III: Midori

Es cierto que, por su gran fama y su bestsellerismo, me costó bastante empezarlo y mantenerlo.
Pero finalmente, y con más títulos suyos leídos, puedo afirmar que Haruki Murakami me gusta y me reconozco entre sus líneas.

Además últimamente pienso mucho en Midori.

Tokyo Blues - H. Murakami







19.11.14

El momento que hubo

Hay un momento.
Un momento que es el más puro, completo y auténtico. Hay un momento que nace de repente, que llega sin buscarlo, pero es extremadamente frágil y difícil de recuperar.
Hay un momento que se tiene absolutamente, sin condiciones, y un momento que se pierde, también sin condiciones. Hay una gota que resbala por la palma de la mano, cuando no la cierras, y cae diluyéndose.

Hay un momento en el que puedes atraparme, un momento en el que me quedo dentro de tu red, dispuesta y decidida.
Hay un minuto, unas horas. Hay unos días, unos meses. Incluso hay unos años.

Hay un tiempo en el que puedes descubrirme: hay una historia que quiero contarte, una experiencia que quiero compartir, una canción que quiero que escuches, un destino que quiero visitar, un miedo que quiero calmar.

Hay un momento en que camino por la calle y siento que quiero que sepas que camino por la calle queriendo que tú lo sepas. Y, entonces, soy tuya, probablemente de la manera más real posible: en la distancia.

Hay un beso que imagino y una caricia con la que fantaseo. Y hay una mirada en la que me pierdo, dentro de mi cabeza. Y así, sueño con tu boca, con tus manos y con tus ojos. Y hay una saliva, la más dulce, como néctar, que nunca llegas a probar porque la hago resbalar por mi garganta cuando pienso en ti.

Vivo el momento mientras se consume, mientras me voy agotando.

Trago saliva en el momento en el que me niegas, apartas tu mano, giras tu cara, dices las palabras o callas silencio. Y me malgasto, cuando seco mi lengua, de la misma manera que seco mis sueños, olvido cómo eras, la gota que estaba en tu mano, las canciones de las que quería hablarte y tiro la llave con la que te abrí la puerta.



Hay un momento que nunca se repite. Y hay un lugar, que tú no has ocupado, que siempre se quedará vacío.

Porque hay un momento en el que te busco y un momento en el que te espero, y te espero, y te espero.

Y luego ya, no.





11.11.14

Big Bang

Disfruto de nuestro Big Bang antes de que mi materia sea absorbida y desintegrada por el inminente agujero negro que me espera después de ti.

Pilar Zeta





6.11.14

Criaturas por las que madrugarías un lunes: el perro vinagre

Quién no ha deseado alguna vez que ese peluche que arrastrabas a todas partes, que abrazabas con fuerza y al que hablabas sin obtener ninguna respuesta, cobrara vida de pronto y fuese una criatura real (y que además, hablase tu idioma).
A priori, puede parecer complicado disponer de Oso Pardo vivo en casa. Y digo a priori, porque no te resultará difícil si dispones, además, de una cuenta en Suiza, llevas al menos unos 8 años de concejal y alcalde de algún ayuntamiento y tienes una agenda llena de apellidos compuestos.

Para el resto de los mortales amantes de las criaturas adorables, Dios, que aunque lo parezca nunca se olvida de nosotros, presionó el boton de random universal y... ¡deseo concedido!

Un oso del tamaño de un perro. Un perro con apariencia de oso. Speothos venaticus. Simplicidad.




Es una criatura sencilla, sin grandes pretensiones, que combina con todo. Compacta, de un tamaño muy asequible, apta para un pisito de soltero. Emiten unos ruiditos muy graciosos, parecidos a los juguetes de los bebés que aprietas y suenan. Con una durabilidad aproximada de 10 años.
Grandes nadadores y excavadores.
El macho, además, contribuye a la crianza de sus pequeños, transportándolos y bañándolos.

Conciliando la vida familiar.

Son tan humildes, que apenas sí tienen unas pocas líneas en Wikipedia, motivo por el cual este post se hace más aburrido...

Sin embargo, dejo lo mejor para el final, pues es imposible para por alto su nombre: Vinagre. Me parece el mejor nombre para un perro, yo no lo hubiera podido bautizar mejor. Un nombre que no tiene absolutamente nada que ver con él, pero cuyo surrealismo me ha conquistado plenamente. El Perro Vinagre. (Bush Dog en inglés... argh!)

A punto de "aliñar" la ensalada


Y como siempre, después del madrugón del lunes, podemos echarnos una siestita para recuperar fuerzas, a ser posible, junto a algo amoroso y calentito que nos haga los sueños mucho más agradables.

¡Felices sueños avinagrados!





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