Siempre hay un lugar al que regresar. Siempre hay un lugar donde te sentirás agusto, relajada, porque ya lo has hecho antes. Siempre hay un lugar donde te sentirás segura, sin miedo, sin que nada malo pueda pasarte, sin que las amenazas lleguen desde fuera, pero sobretodo, no vengan desde dentro. Siempre hay un lugar donde hay alguien que te escucha y te habla, sin esperar nada a cambio, simplemente porque es lo que hace y es donde está. Siempre hay un lugar donde puedes abandonarte y dejar fluir, como si nada, ni nadie importase. Siempre hay un lugar que te enseña que, de hecho, nada ni nadie importan en realidad. Porque siempre hay un lugar que te espera. Siempre hay un lugar donde alguien te comprende y te consuela, a través de los años. Siempre hay un lugar donde aprendes quién eres, como si fuera un secreto al que nunca pudieras acceder hasta que no estuvieses en el sitio correcto. Siempre hay un lugar que te enseña a sentir y a vivir, como si no lo hubieras hecho hasta entonces, como si hubieses estado dormida durante muchos años y, entonces, despertaras.
Quizás haya llegado el momento de volver a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario